miércoles, 18 de agosto de 2010

Por qué España sigue enfangada en la crisis y Alemania ha crecido un 2.2%

A veces hago una pequeña escapada y, como no tengo feisbuk para colgar las fotos y presumir, busco y busco hasta encontrar material para postear. En este caso, post-denuncia del cafrismo.

El finde pasado anduve por el Pirineo oscense ("Piris" para los pijo-mendizales), no me tiraré el moco porque más bien hice el dominguero. Y domingo era precisamente cuando nos internamos en el parque nacional de Ordesa. En este parque han tenido a bien prohibir el llegar con el vehículo privado hasta el  parque con lo cual hay que dejar el coche en un parking del pueblo más cercano y desde allí te transportan en autobús hasta la pradera donde se inicia el clásico camino hacia la Cola de Caballo y otras cascadas.

En ese parking está también la clásica oficina de atención al dominguero donde te suministran de mapas y te dan la información necesaria. Nada que reprochar acerca de la atención de la señora y su eficacia resolviendo dudas, también es cierto que la pregunta era fácil, otra cosa habría sido, seguramente, si le hubiera preguntado acerca de si era buen momento para ver desovar al tritón pirenaico o si la práctica de la auto-asfixia durante el orgasmo está desaconsejada en altura.

Pero lo que me llamó la atención fue su "método" para contabilizar y clasificar a los visitantes. Como en tantas oficinas de turismo, la sesión acaba con la pregunta de "¿de qué provincia son?", supongo que ello les servirá para estadística y para promocionar el parque o la zona en unas provincias más que en otras. "De Alava" dije yo con ese orgullo con que anunciamos los vascos nuestra procedencia, la señora rebuscó entre todas las provincias que había ido escribiendo ella a boli según aparecían y anotó 2 palitos.

Ese era el "método", según le decían provincias, la señora las apuntaba e iba poniendo palitos, de modo que cuando le decíamos nuestra procedencia, ella buscaba entre las provincias, ordenadas según orden de aparición, y hacía palito o palito-raya si agrupaba 5. En el siglo XXI.

A nadie se le ha ocurrido, en el ministerio, en la consejería de Medio Ambiente de Aragón, en la diputación de Huesca o en la institución que gestione esa oficina, ideas tan revolucionarias como editar hojas con las provincias ya preimpresas y por orden alfabético, hacer un programa Excel para la contabilidad informática, un programa específico. Tecnología pura, vaya.

Pero no, la señora seguirá así, gastando horas y horas en rebuscar la provincia en cuestión, 50 si no contabilizamos Ceuta y Melilla, a veces no la encontrará y la repetirá. Pondrá palitos, al cierre contabilizará palitos, trasladará los datos a otra hoja supongo, ordenándolos, "vaya, he puesto 3 veces Albacete". Y cosas así.

Yo no sé si estas cosas pasarán en Alemania, seguro que hay otros ejemplos absurdos de administración lenta y poco eficaz y EHHQRDML nos contaría alguna, pero es un ejemplo únicamente de que aquí o, al lado de aquí, el progreso está aún por llegar. Y así nos/les va.

Ordesa, una maravilla, por cierto.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Ya estoy toña III

Aunque menos toña que en años precedentes, hoy hacía menos sed con eso de que el día ha salido gris y sólo teníamos 21º.

Un año más estamos vivos.

En mi crítica anual del evento, debo decir que el discurso de nuestro representante festivo es cada vez más soso y que se baila menos.

Como gran novedad, junto a nosotros ha estado un abuelo cebolleta, de esos que aprovechan la multitud para arrimar cebolleta y mano. He estado en un trís de avisar a alguna de las frotadas/tocadas, pero qué coño, un día es un día, y en esas aglomeraciones una mano más o menos no daña.

Yo estaba allí (ver circulito rojo en la foto, hombrecillo de verde protegiéndose de posibles corchazos).

Día torpe


Fue ayer.

Yo confiaba en mi pericia y en mi inmaculado curriculum, pero ayer sufrí ésto. http://www.youtube.com/watch?v=DhVxjMUkpeI

Sólo que no fue en mi garaje sino en un parking público que más que un parking parece una prueba de obstáculos. Y me duele ver a mi Getzi así de magullado, creo que invertiré en su reconstrucción.

No contento con eso, me fui a casa con toda la ilusión del mundo por comer unas estupendas alubias. Hace un tiempo que no me cocino platos de olla, con eso de que en mi primer año de propietario estoy comiendo en casa paterna. Eso fue lo que me llevó a errar, a no acordarme de que las alubias hay que ponerlas en remojo durante 12 horas al menos. El resultado fueron unas alubias como piedras que, herido en mi orgullo, me zampé, hoy lo estoy pagando.

Luego, sacando la basura a la terraza, un tonto traspiés hizo que vertiera todo por la cocina.

Fue uno de los días en que más mekaguendioxes salieron de mi boca.