sábado, 24 de enero de 2009

Igandeak


Los domingos son muy aburridos. Este es el título de una canción aburridísima de Barón Rojo, que no pasará a su olimpo de canciones, y esa es también mi opinión. Son la antesala de la semana laboral y los que somos más de ver la botella medio vacía no vemos lo positivo de que aún es domingo sino que mañana es lunes.


Domingo, las resacas. Domingo, día del Señor. Domingo, pollo. Domingo, paella. Es un día que se presta especialmente a las rápidas asociaciones de ideas, quizás el más propicio para las rutinas.


Yo fuí de los que más tardé, entre mis amiguetes, en dejar de acudir a misa. Lo normal era, y es, hacer la comunión y no volver a pisar la iglesia salvo comuniones de otros, bodas, bautizos y funerales. Sin embargo, yo estuve yendo a misa los domingos y fiestas de guardar quizás hasta los 12-13 años, calculo.


Buena culpa de ello la tenían las entretenidas misas de 11 que organizaban los curas rojillos de la iglesia rojilla de mi rojillo barrio (la de aquel 3 de Marzo, para más señas). Eran misas destinadas a los niños, siempre con una representación teatral de algún pasaje bíblico, protagonizada por los que íbamos a catequesis o grupos de convivencia.


Yo sólo participé una vez en esas representaciones, se exponía el caso de Tomás, Santo Tomás, aquello de "Si no lo veo, no lo creo", el dedo en el costado, etc (Lucas, 20, versículo 26). Papel protagonista, con frase, concretamente con esa frase, pero breve, porque sólo decía eso. Fue un éxito de crítica y público.


Y el caso es que, mientras fui a misa, me parecía divertido, incluso cantaba las canciones. Como anécdota, un día me senté al lado de mi vecina, andaluza, se cantaba "Diez hombres Jesús curóóó.....", ésta no me la sabía y yo canté de oído: "Diez hombres de Zucuróóóó...". Le pregunté luego a mi madre dónde estaba Zucuró (curioso he sido siempre) e indagando, ella, más versada en canciones de misa, me explicó que la canción no era como yo creía.


Ello hace que, más de 20 años después de no pisar las iglesias salvo para admirar su arte o por eventos sociales ineludibles, aún podría cantar muchas de aquellas canciones, no sólo las parodiadas por cuadrillas de borrachuzos, y sepa qué responder a un "Palabra de Dios", "Que la paz sea con todos vosotros" o "Levantemos el corazón".


La continuación de esas misas infantiles, al salir sorteando a los méndigos, acostumbraba a ser la cita con los amigotes que pasaban de honrar al Señor, para ir todos juntos, con las pagas frescas, a dilapidarlas en las tiendas de chuches y en algún salón de máquinas recreativas. Unos jugando y otros mirando, como las partidas de mus que se forman en las tascas de barrio.


Y eso que no empecé con buen pie mi relación con la autoridad celestial. El mismo día de mi primera comunión, que hice bien elegante, por cierto, con mi corbata amarilla, ese día en el que nos proponemos ser buenos y no pecar, yo pequé. La comida fue en la casa del pueblo de mi tío el soltero (por aquel entonces), tras la comida, los primos estuvimos trasteando (yo poco e intentando no pecar) por toda la casa hasta que encontramos, no una revista, sino un libro porno de mi tío, era como una especie de cómic, pero con explícitas viñetas. No debería haberlo mirado, no era el día adecuado, pero claro, uno se engancha a la historia sin querer y tuve que ver cómo acababa.


Uno de esos pequeños placeres domingueros, compartido por varios de mis lectores, seguro, es la reposada lectura del periódico con todos sus suplementos. Tiene algo de extraño ese placer que, al menos para mí, llega a su cúlmen cuando aún estoy leyendo la contraportada (por donde empiezo yo, y muchos, El Correo), anticipando lo que me queda por disfrutar. Y es extraño porque no siento eso mismo cualquier día entre semana, donde sólo leo periódicos por cierta necesidad auto-impuesta de estar informado. Cierto es que los domingos los hacen más entretenidos. Supongo que también es la unión de sofá, no currar, no madrugar, hogar, periódico.....


Los domingos también tienen que ir asociados al fútbol, irremediablemente, y es que, para los que somos algo, sólo algo, furboleros, los domingos sin partidos de liga son aún más aburridos. Pues aunque quizás hoy estoy echando por tierra parte de mi imagen con esto de contar lo bien que me lo pasaba en misa, lo remataré contando que me gusta oír el Carruselllllllllllllllllllllllllllll Deportivooooooooo. Sé que, en este caso, contaré con el apoyo de La Negra, otra carruselera confesa en alguno de sus posts. En fútbol, pa quien no lo sepa, soy muy del Athletic, el único equipo de fútbol en el que aún queda algo de romanticismo y que amaña sólo un partido cada 100 años.


En la última visita de Api a su terruño, ya le contamos que los domingos a la tarde no son lo que eran. Antaño eran éstas unas horas con los bares repletos de gente, multitud de paseantes por el tontódromo de la calle Dato, la gente ávida de conocer los resultados futbolísticos, publicados en hojas que se distribuían en algunos bares o escritos en pizarras que había en otros. Nada de eso queda ya, salvo esa hoja, a la que pocos prestan atención, y que se empeñan en seguir publicando. Los domingos a la tarde, lo más normal es que los bares no abran sus puertas, aportando aún más desolación a la sensación general. Y ya si hace un frío de 3 pares de cojones y cae una fina lluvia, ni te cuento.


Hasta hace unas semanas, sólo quedaba el consuelo de que, a la noche, echaban Aida. Ya, ni eso.

4 comentarios:

LaNegra dijo...

Querido Federiko... tantas cosas que decir del domingo... que me voy a quedar en la alegría que me da saber que somos compañeros de Carruselllll Deportivooooo y que estoy contigo en lo de Aída, los martes, no sabe igual.

Anónimo dijo...

en fin, parece que ultimamente hay una conspiración... tu reflexión me ha traido memorias de mis propios domingos adolescentes, muy parecidos a los suyos, salvo por lo del futbol, que a mi no me gusta. pero lo de salir de misa e ir al recre a gastarme los duros jugando al tetris.. ah, que tiempos.. y después, cuando tuve más dinero, me pasé al billar. que antros aquellos... yo los domingos, los paso en el monte y luego durmiendo, porque pa ver lo que hay en la tele... y la crisis no da para ir a la calle a gastar..

Anónimo dijo...

Federiko , un puritoooooo

Federiko dijo...

Me encantan y me intrigan los anónimos misteriosos como ese 23. Por si se quiere manifestar con alguna pista.