sábado, 12 de junio de 2010

Criaturita (II)


Empezaré con un episodio que provocará vergüenza ajena en vuestro caso y propia en el mío.


Fue en 2º de parvulitos, ya me habían trasladado a una guardería del barrio donde vivíamos y eso hizo que coincidiera en clase con alguno de los niños con los que jugaba en el descampado de debajo de casa, que más tarde se convirtió en parque. De hecho, fue ver a Oscar A. en la puerta y dejar de llorar para entrar encantado en la guarde.


Un día, en el aula, sentados en esas mesas hexagonales en la que estábamos en grupos de 6, valga la redundancia, la profesora preguntó si alguien sabía un chiste. Yo no sabía o no recordaba ninguno pero, haciendo alarde de un afán de protagonismo que luego perdí, dije que sí, que yo sabía uno.


Me puse en pie y con la mente trabajando a mil revoluciones por minuto improvisé un chiste: Pues esto era Jaimito que un día le pregunta la señorita: "Jaimito, ¿has desayunado bien hoy?", y Jaimito contesta "sí, he desayunado mucho", la señorita le pregunta "a ver, ¿qué has desayunado?" y Jaimito: "Pues me he comido un bollo con una taza de leche", "¿y la taza también?" pregunta la señorita, "sí, la taza también", contesta Jaimito. FIN. Ya, ni puta gracia tiene, pero como chiste improvisado de un niño de 5 años no está mal. Y bien curioso es que me acuerde perfectamente de ello y de la cara de la profesora cuando dijo que me lo acababa de inventar.


Fue al propio Oscar A. a quien quisimos ver el culo. Fue al baño (o le llevaron, no tengo muy claro si a esa edad íbamos a hacer aguas sólos o acompañados) y un grupo de intrépidos que yo comandaba salió en misión peligrosa, verle el culo, ese era el gran objetivo. A esa edad no estamos del todo definidos, parece ser, en cuanto a la atracción hacia los culos de un determinado género. Nos gustaba el culo como concepto. La misión resultó frustrada ante la aparición de una profesora.


Pero pronto me definí, me enamoré por primera vez, María Angeles M., que no me correspondía demasiado, aunque creo que hubo un beso mejillero y que nos casaron en el recreo.


Es curioso como, al ponerme en situación, me asaltan los recuerdos, como cuando estaban echando cemento en el suelo del porche y yo tuve la osadía de, delante del cementador, pisar para dejar mi huella. Creo que fue la primera vez que me pegaba un adulto, al margen de mis padres, y eso me marcó.


También recuerdo que había viejos que nos daban conversación al otro lado de la verja verde, afortunadamente no recuerdo que nos enseñaran ninguno de sus órganos o que nos tomaran la mano hacia su entrepierna, pero es inquietante acordarse ahora de eso, yo si veo ahora a viejos hablando con niños de una guardería me pongo en lo peor.


Y los grandes partidos de fútbol en los que una de las porterías era una verja de unos 30 metros y la que defendíamos nosotros una pared de ladrillos de unos 2 metros. Una vez ganamos por 37 a 1.


Regresando a 1º de parvulitos, a San Mateo, recuerdo cuando, a media mañana o a media tarde, no sé si teníamos jornada intensiva o partida, nos bajaban las persianas y nos instigaban a dormir echando una cabezada en la mesa. Yo nunca dormía, siempre he tenido dificultad para la siesta, en general para dormir a deshoras, dormir en autobuses, aviones, etc., así que yo hacía que dormía, con un ojillo entreabierto y anhelando que se acabara la siesta para dejar de disimular. Nunca les conté que yo no podía dormir, por no quedar como un raro.


En cambio, no tuve empacho en contar a mis compañeros que "yo un día me morí", es ese verbo que es imposible de conjugar de esta manera, primera persona del singular del pretérito perfecto del verbo morir, salvo expresiones como "me morí de gusto" o similares. Pues yo lo conjugué y les dije que luego me curaron con un algodón. Se lo tragaron y me imagino la escena, ya en casa hablando con sus padres, "pues hoy Federiko nos ha contado que un día se murió y que le curaron con algodón", y los padres, "mira, eso es imposible, será muy listo el niño repelente ese, sabrá escribir la erre, pero es un mentirosillo".





4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Fede, más más y más.

YA tengo internet en casa.

A seguir bien

Desde muy muy lejos

Pep G. dijo...

Enhorabuena por su victoria a basketball. Aunque me duela debo reconocer que merecisteis ganar

LaNegra dijo...

Aunque un poco más tarde, en 1º de EGB, a mi también me casaron.
Curiosamente mi "marido", acabó siendo el novio del instituto de mi mejor amiga, a la que no conocí hasta 8 años después, en 1º de BUP, y no les presenté yo.

pd. Lo del chiste me parece un puntazo ;)

Federiko dijo...

Y yo me pregunto. ¿Quién eres, Pep G.?. Intrigado me tienes, estimado anónimo lector.