jueves, 10 de abril de 2008

Las tetas (como concepto)


Tras este largo periodo de falta de inspiración o de ganas o mezcla de ambas cosas, vuelvo a la carga, y con post rijoso, de los que siempre despiertan interés, así pues, voy sobre seguro.


Surge este post de las fechas en que nos movemos, hoy no es el día más adecuado, más bien gris y ferozmente lluvioso, pero ya hemos tenido algún día que otro de estreno. De estreno de la escasez de ropa al primer atisbo de sol y temperaturas primaverales. Hay que ver qué ganas de mostrar carne en esta ciudad con 9 meses de invierno (frase hecha que ya no procede, eso era antaño).


Es obvio que la primavera la sangre altera, y seguramente la principal causa de esta alteración hormonal sean los impactos visuales que se reciben en estos primeros días de solete. Yo tengo un amigo que siempre aprovechaba estos días para pasear por la zona universitaria, especialmente por la facultad de Farmacia, con abrumadora mayoría femenina, para deleitarse la vista.


Como digo, fueron estos primeros impactos visuales primaverales los que me llevaron a trabajar este post, centrado en este caso en las tetas (como concepto). Es en esta época en la que abundan especialmente los amplios escotes, las camisetas de tirantes ajustadas, etc. Incluso este año he visto que se están poniendo de moda una especie de corpiños exteriores para realzar las teta. Es, creo, la novedad de este año en lo que a prendas provocativas se refiere, cada año nos sorprende algo nuevo, haciendo un rápido resumen, destaco como hitos en los últimos años: los pantalones rotos por el culo (hace muchos años, aquello no progresó, pero yo presencié a un pivón con un roto en su nalga de unos 3x3 centímetros, que aún me estremece), enseñar tanga/braga por la parte superior del pantalón (pronostiqué que eso avanzaría de modo que se harían pantalones de talle cada vez más bajo, hasta llegar a mostrar pelo, pero resulta que lo del pelo se convirtió en obsoleto), la costumbre de llevar el bolso con la cinta haciendo de separación entre las montañas pectorales, los shorts, las medias de rejilla, etc., etc.


Obviamente, no ha habido un paralelismo en el lado masculino, algo que siempre me ha parecido a destacar, esa contradicción entre quejarse de ser (la mujer) considerada un objeto sexual e ir dando pasos hacia el objeto sexual andante en lo que a vestuario concierne. No profundizaré porque dirán algunas que son mis perversos ojos los que lo ven así y que patatín y que patatán. Pero pensad que a lo más que ha llegado la provocación en el vestir masculino es a llevar el pantalón así caído, enseñando un poco de calzón, algo que en mi opinión es la antítesis del erotismo, entre otras cosas porque anulan uno de nuestros atributos sexuales, el trasero. Siempre digo lo mismo en este tema, que no se verá nunca (espero) que la moda masculina evolucione (involucione más bien) hacia las mallas paqueteras, taleguillas de torero, pantalones de ciclista, etc. Diréis que sería ridículo y sí, lo sería, pero, fríamente, ..., ¿más que embutirse en una mini-camiseta ajustadísima ó enseñar 1/4 de cada teta con amplísimos escotes?. O qué decir de esos sujetadores que incorporan pezones erectos...


Toda esta historia viene a cuento porque hay una cuestión protocolaria que no sé si está resuelta en los manuales. Yo, al menos, no lo tengo claro. ¿Cómo debe actuar unO cuando habla con unA hembra marcadamente generosa en su exhibición tetera o que destaca cualquiera de esos atributos sexuales "oficiales" explícitamente?. Ignorar esas tetas podría ser entendido como un desplante para con esa parte de su anatomía, pretendidamente destacada. Seamos hippies, pénsemos que enseñar tetas es algo que no debe escandalizar a nadie (a mí no me escandaliza, aclaro), que es algo tan natural como llevar unos pendientes llamativos o estrenar corte de pelo, por tanto, ¿se encajaría igual de naturalmente por la hembra un comentario como "preciosas tetas, qué morenitas las llevas y qué tersura muestran" que otro como "bonitos pendientes, te queda muy bien el corte de pelo"?, ¿o no procede en ningún caso?. Diréis que depende de la confianza con la interlocutora, bueno, pongamos que la misma que me permitiría halagar su corte de pelo o sus pendientes... O bien, tomemos la otra postura, la de ignorar algo que es obvio, que está ahí, que su presencia se hace evidente, que debería ser lo "normal" pero no lo es del todo, como cuando alguien en un grupo de personas tiene la desgracia de tener un moco asomando por su orificio nasal y nadie le dice nada o a alguien se le escapa tremendo filipo (salivajo) al hablar y todos lo han visto pero nadie lo comenta, como si compartiéramos la vergüenza del hecho por haberlo presenciado.


Pues esa reflexión me hago, tras la cual diré que me encanta que las cosas sean así, que las chicas se vistan tan lozanas y tan sexys, y que es sólo el desajuste entre lo que pienso o debería pensar y la realidad cotidiana lo que me perturba. Y que es de aplicar en este caso el "Se sufre, pero se aprende" o más bien el "Se sufre, pero se deleita uno en la contemplación".


Como anexo a este post, tengo que hacer una glosa de unas preciosas tetas en concreto. Sucedió el verano pasado, mientras tomaba yo el sol entre multitud de cuerpos desnudos y hacía como que leía. No es del todo cierto, en mi opinión, ese tópico de que las playas nudistas son lo peor en cuanto a excitación visual, pero sí que llama más la atención a veces lo sugerido que lo evidente. En este caso, una muy joven surfista salió del agua con su tabla y su traje de neopreno pegadísimo al cuerpo, ese traje perfilaba un cuerpazo de escándalo, impresionante figura, melena rubia. La chica tuvo el detalle de cambiarse junto a mí, a escasos metros, lo cual generó en mí una gran expectación. Asistí a su lento desvestir, ella se iba despegando su traje por partes, no me recrearé en las posturas que tomó para ello y en los diferentes planos que me ofreció durante el proceso, sólo diré que...., ufffffffffff........... El caso es que esta chica tenía unas tetas absolutamente perfectas en su tamaño, en su forma, en su complemento pezonil y, lo que más me llamó la atención, con ligera "caída" hacia arriba, hace años oí que a ese tipo de tetas se le llama "teta francesa". Muchas veces se dice eso de "la mejor tía que he visto en mi vida", o "las mejores tetas que he visto", etc, pero normalmente se cambia de modelo cada poco tiempo. Yo, sigo manteniendo, tanto tiempo después, que esas han sido, hasta la fecha, las mejores y más apetecibles tetas que mis ojos han contemplado, y está el listón muy alto para que otras las superen.


En mi clase, en la uni, había una chica que también aparentaba ese efecto, de hecho se le apodó como "aquella cuyos senos desafían a la ley de la gravedad" (Top Secret), pero todo parecía indicar que era provocado por su sujetador, obra cumbre de la ingeniería textil. Pero en el caso de la surfera, se mostraron en todo su esplendor, al aire y con ese llamativo ángulo. Qué recuerdo tan grato. Eran absolutamente naturales, por si las dudas. Y si no lo eran, el cirujano merecería dedicarse a otros menesteres como esculpir un nuevo David o similar.


No me llamen viejo verde.


4 comentarios:

LaNegra dijo...

Ufff...

Federiko, a mi es que me cuesta ver uno de sus post y no comentar, pero... qué decir de las tetas.

La equivalencia con los pendientes, yo no la veo; para empezar porque no imagino a ningún tío diciéndome lo de "bonitos pendientes, te hacen juego con el corte de pelo" (algún tío hace eses tipo de comentarios???), y para seguir porque el comentario "preciosas tetas, qué morenitas las llevas y qué tersura muestran" es difícil decir de mis apéndices mamarios.

Dicho lo cual... yo creo que las tetas están para mirarlas y, si es el caso, tocarlas. Y si quien mira lo hace con gracia, tendrá más posibilidades de tocar, sin duda.

Anónimo dijo...

Querido federiko, es usted un viejo verde y seguro que va a más con la edad.
Yo también tengo grabado el mejor par de tetas de que vi en mi vida. Y si no hubiera sido por el abismo idiomático... Usted conoce mi afición por las piscinas (y lo que en ellas he visto y hecho (tocado), debajo del agua... con inoncencia y voyerismo, es lo que tienen los deportes de euipo mixto acuaticos...). Si que viene al caso pero no lo contaré para no desviar la atención del mejor par de tetas que nunca volveré a ver. A lo que iba. Me invitaron 2 chicas a ir a nadar un domingoa a la tarde en Rostock (Alemania), y tras nadar me avisaron de que la costumbre era ir a la sauna, por lo que nos podiamos demorar un poco en volver al barco. Pero no me dijeron que en las piscinas publicas de Rostock hay una sauna gratis, mixta, en la que se entra desnudo. Y allí las ví. (Alli se las ví a una de las chicas que me habia invitado). Yo Alfredo Landa total. Y ellas? Ellas sabian que ibamos a estar en bolas en la sauna (y en los jakuzzis) y me invitaron. Que valor, que encerrona y que contento estoy. Esta chica, que se llamaba Emma, me ensenio mi primera palabra en alemán (esceptuando insultos). Pestania. (con enie). Y es que yo tengo unos ojos muy bonitos.

(Como dijo aquel sabio: "si hubiera sabido entonces lo que sé ahora...")

A trabajar.

Desde muy muy lejos.

Api dijo...

soy de naturaleza tan sumamente inconstante que he sido incapaz de terminarme de leer el post.

además el tema tetas, como que no me pone.

Federiko dijo...

A La Negra le digo que no me parece tan extraño hacerle a una tía algún comentario sobre su pelo o sus pendientes, yo lo he hecho, en cambio no recuerdo haber hecho a una tía comentario alguno sobre sus mamas, salvo casos de extrema confianza.

"Las tetas están para mirarlas" es una gran frase que, en parte, responde a mi duda sobre cuál es el comportamiento que se espera del interlocutor masculino ante un escote generoso. Gracias.

Al Lejano que no lo es tanto, le diré que hay que ver lo que duran los gratos recuerdos y lo que suponen de mecha iniciadora para rememorar y recuperar en parte la felicidad que provocaron en ese instante. Pero que, sin duda, eran más bonitas las que ví yo.

Y a Api, pues sólo decir que: "con lo que tú has sido, Api...". Expresión que se debe complementar con la apostilla que tú misma realizaste la última vez que pronuncié esa frase en tu presencia. Confío en tu memoria.