miércoles, 10 de junio de 2009

Un día estúpido lo tiene cualquiera


Tenía mis dudas sobre si era una leyenda urbana, pero he podido comprobar en mi cuenta de correo de Gmail, creada artificialmente no recuerdo para qué y que no utilizo para nada, que el servicio existe.


Me refiero a la opción de activar el servicio que intenta impedir que envíes correos electrónicos cuando estás mamado, en el sentido etílico de la expresión. Para quienes no lo conozcan, se puede activar una opción, de modo que cuando intentas enviar mails a ciertas horas, definidas por tí mismo, el sistema te lanza una serie de operaciones aritméticas sencillas que debes responder en un tiempo limitado para que te permita enviar el mail.


Se supone que ese es el filtro para detectar si tus facultades mentales están intactas y que así no te arrepentirás al día siguiente de lo escrito en pleno alarde de autoconfianza y seguridad en tí mismo. Por defecto, los señores de Gmail, que son unos clasicazos, te ofrecen activarlo los viernes y sábados de 22:00 a 04:00. Anda que no tiene peligro la franja horaria de 04:00 a 09:00, amateurs.... Y los pedos de entre semana...


Me parece una chorrada, más que nada porque casi todo el mundo tiene varias cuentas de correo y si estás empecinado en enviar ese mail que siempre habías querido mandar pero para el que nunca le habías echado güebos, lo enviarás por otra vía. Aparte de que si has sido capaz de encender el ordenador, teclear la dirección, acordarte de la contraseña, etc., quizás también seas capaz de hacer 5x2, 89-68, etc.. Además, tiene la peculiaridad de que sólo te pide estas operaciones aritméticas para el primer mail enviado en ese horario elegido, de modo que si te cueces entre el primero y el segundo, por razón de, por ejemplo, una respuesta al primer mail que te provoca una gran ansia dipsómana, puedes recontestar despechadamente y bolinga perdido con el clásico: "todassss las tíasss sois unas pfffutas".


Todo ello viene a colación de que yo echo en falta un sistema que impida enviar mails en días estúpidos. Todos tenemos días estúpidos, es muy difícil objetivarlo, pero seguro que con un simple test previo se detectaría si puntuamos alto en el estúpidometro y que nos impidiera enviarlo o, al menos, nos preguntara un par de veces si estamos seguros de querer enviarlo a pesar de las barbaridades que podemos haber escrito con un día tan estúpido, y tan estupendo a la vez.


Porque yo, ese día, no estaba borracho. Ni mamado.

3 comentarios:

LaNegra dijo...

Te iba a contar que no tenía ni idea de que existía ese servicio, te iba a decir que yo el peligro lo tengo con el messenger - por alguna extraña razón, últimamente, si llego a casa a eso de las tres o las cuatro de la mañana, me da por encender este cacharro y ver quién hay en el messenger... y si me lo he tirao... le doy conversación, lo peor es que mis rollos suelen estar conectados a esa hora, no todos a la vez, lo que facilita mi labor -, pero... todo esto no tiene interés.

Lo que de verdad queremos saber todos es... ¿qué ponía en el mail que mandaste ese día? ¿escribiste bien la dirección? ¿llegó? ¿qué contestó ella?

Federiko dijo...

Usted presupone mucho cuando pregunta ¿qué contestó ELLA?. Ello parece no haberse tomado mal el mail, lo cual me tranquiliza sobremanera.

LaNegra dijo...

jajaja
joder, Federiko... lo acabo de leer en medio de una fiesta del crep en Irlanda... y me meo de la risa...
¿seguro que no era una tía???

LaNegra, missing your post