miércoles, 2 de julio de 2008

Hintolerante


Taxi, en singular se dice taxi. NO Taxis.


Me parece poco práctico decírselo a la cara al gerente de mi empresa, así que me conformo con desahogarme aquí. Cada vez que le oigo pronunciar frases como "voy a llamar a un taxiS", me sublevo, internamente.


Comparto la frase de despedida de Christian Galvez, en su Pasapalabra cada tarde, "Hablar bien es gratis. No me sean tacaños". También comparto sus gustos, porque me encanta Almudena Cid. La verdad es que soy un poco intolerante con aquellos a los que se supone una cultura suficiente como para hablar o escribir correctamente y no hacen el mínimo esfuerzo para ello. Casi siempre me atrevo a corregir al personal, aun a riesgo de ser tachado de pedante, tengo una compañera a la que tengo abrasada cada vez que escribe "aprovación", pero es que no me aprende. Pero claro, con el gerente,..., me parece excesivo. Tengo que tragar y eso me quema por dentro.


Esto me lleva a reflexionar sobre el concepto de intolerancia, una palabra viciada a mi parecer. Realmente es una reflexión que me vino dada en un artículo de prensa que leí hace mucho y que me pareció impecable. Y eso que lo leí en un periódico bastante intolerante.


En ese artículo, la autora (creo recordar que era autora), escribía que aquellos que se autodefinen como tolerantes en ciertos aspectos, se están autoretratando al utilizar ese adjetivo. Y es que no se puede decir que "yo soy tolerante con los gays, con los moros, con los gitanos,...", y colgarse luego la medalla de progre, ello presupone que se trata de colectivos a los que hay que tolerar, a pesar de la molestia que generan. Y no es el caso, creo. Uno puede ser tolerante con la verbena que tiene debajo de casa hasta las 4 de la mañana, con el fumador que enciende el cigarro en la mesa durante los postres, o con el que dice "un taxis", pero no con unos señores que hablan raro, o que en vez de rezar a la cruz, rezan hacia La Meca.


Además, creo que no se trata de una virtud absoluta, en ocasiones hay que ser intolerante, porque hay cosas que no se deben tolerar. Y pondría mil ejemplos.

3 comentarios:

LaNegra dijo...

Hoy está de dios (o del diablo, que lo mismo da) que tú y mi madre coincidáis... mi madre también dice "taSiS".

De hecho éste es un vocablo muy extendido en mi localidad natal, donde lo mismo llaman a "un taSiS"que van a la parada de "los taSiS", todo suena igual.

No obstante algo me dice que con ella sí serías tolerante. Puede que porque, si la conocieras, a ella no le presupondrías los estudios suficientes para hablar con corrección, o simplemente puede que su cocido montañés hiciera que se lo perdonaras todo ;-)

Anónimo dijo...

Aupa,

Una vez hice un curso sobre resolución de conflictos (creo que fué en ese). Y lo primero que hizo el tio fue definir tolerancia y respeto. Y ya está. Si dices tolerancia cuando debes decir respeto...

Fede, los idiomas están vivos y todas las batallas perdidas. Cuando el error se generaliza, los de RAE lo cambian y deja de ser error.

Fede, cuando corriges, qué es lo que quieres conseguir? que la gente hable mejor? seguro?

Por cierto, si vienes para muy muy lejos te traeras un macuto con libros, no? es al mejor manera de mejorarr mi ortografia

Desde muy muy lejos

Federiko dijo...

¿Por qué hago lo de corregir?, pues yo creo que es casi totalmente altruista, puesto que yo gano más bien poco, corro riesgos de ser catalogado de pedante y el principal objetivo es que la persona en cuestión no vuelva a cometer el mismo error en un entorno menos tolerante con esos fallos. Apúntate a Correctores Sin Fronteras.

Es cierto, Negra, dicen más bien "un taSiS", con doble S. Pero corrígele a tu madre, que hay confianza. Yo siempre lo hago con mis padres, y de momento, que sepa, no estoy desheredado. Por ejemplo, cuando mi madre utiliza el comodín "un deso" para designar cualquier cosa de la que no recuerda el nombre. Que ya están en una edad en la que hay que hacerles ejercitar la mente.